Segunda parte del hilo de @Combination_k, sigue del post: Introducción a la logística soviética
Continuación de mi hilo anterior sobre la logística soviética a finales de los 70 y principios de los 80:
Este hilo tiene como objetivo cubrir los temas que no vieron una explicación adecuada en la primera iteración de esta serie. Esperen comparaciones con los EE.UU. y su doctrina en la parte 3, este tema es simplemente demasiado complejo para para ser tratado en un solo hilo.
Empezamos por una faceta importante del sistema logístico soviético, que es el Jefe de la Retaguardia y el Comandante Adjunto de Armamento. Dentro de la OTAN no existe un equivalente directo, por lo que las comparaciones son difíciles.
El Jefe de la Retaguardia, que es un comandante adjunto, y el oficial del Estado Mayor de Logística
coordinan toda la planificación logística y controlan el transporte. El Comandante Adjunto de Armamento controla las acciones de apoyo técnico.
Estas acciones van desde las reparaciones, el mantenimiento general y el suministro de bienes prioritarios. También es, al igual que el Jefe de la Retaguardia, un segundo comandante.
Para garantizar que el Jefe de la Retaguardia esté informado de la situación en el frente, de modo que pueda ajustar adecuadamente los planes, etc., existen sistemas que garantizan que reciba informes cada 12 horas sobre el estado del combustible y la munición, y otro informe cada 24 horas sobre otros materiales.
Debe vigilar la red de operaciones y mantener una comunicación constante con sus subordinados, debe controlar los movimientos de tropas mediante el reconocimiento por helicóptero y comparecer regularmente ante sus subordinados, o hacer que miembros de su Estado Mayor lo hagan en su lugar.
Esta red sirve para reducir la posibilidad de que el servicio de retaguardia «fracase» en su misión, es decir, que cometa retrasos. El servicio de retaguardia está diseñado con la velocidad de reacción rápida como piedra angular de su funcionamiento, esto se consigue mediante una serie de procedimientos.
En primer lugar, mientras las unidades de maniobra preparan sus planes, el Jefe de Retaguardia, el Oficial de Abastecimiento de Artillería y el Jefe de Abastecimiento de Combustible, Aceites y Lubricantes asisten a las reuniones informativas de combate.
A medida que se producen estos acontecimientos, el Jefe de Retaguardia y sus adjuntos preparan propuestas de apoyo logístico utilizando tablas de cálculo.
El Jefe de la Retaguardia emitirá propuestas a medida que los Comandantes de Formación emitan órdenes, una vez que cada una de ellas sea aprobada por el Comandante General, se remitirán copias a las formaciones subordinadas para que los servicios de retaguardia puedan ser informados.
Esto permite que los planes de apoyo de retaguardia se elaboren y completen a la misma velocidad que la planificación de combate, garantizando la ausencia de estancamiento.
Desde el punto de vista operativo, los servicios de retaguardia en el nivel del frente se encargan de mantener las reservas de material, reabastecer rápidamente a las formaciones, evacuar a las bajas y el equipo, explotar las vías férreas y las rutas de suministro, normalmente mediante el control del tráfico para garantizar la ausencia de atascos…
-La defensa de depósitos e instalaciones y la correcta integración de los recursos capturados.
No existe una organización fija para estas unidades, ya que el tamaño y la escala de la formación suelen determinarse con cada misión y los requisitos que deberán cumplir.
Aunque lo más frecuente es que estén compuestas por 1 ó 2 bases de retaguardia, 2 ó 3 brigadas de apoyo material pipelines, 2 ó 3 bases hospitalarias de retaguardia, 4 ó 6 bases hospitalarias móviles y bases técnicas móviles-.
-así como un número indefinido de unidades de reparación y evacuación, destacamentos médicos, unidades de señales de retaguardia y formaciones de seguridad.
En general, los servicios frontales de retaguardia pueden alcanzar los 170.000 hombres y a menudo no llegan a los 30.000 vehículos. Para gestionar un número tan elevado de activos, los servicios de retaguardia se dividen y descentralizan en función de las necesidades.
Una de las unidades más importantes dentro de los servicios frontales de retaguardia es la Brigada de Apoyo Material del Frente, que mantiene una cantidad determinada de reservas de material y opera con unos cuatro días de suministro.
Estas brigadas son autosuficientes en lo que respecta al transporte y por ello son capaces de una gran dispersión sin afectar a los recursos no orgánicos. Una Brigada de Apoyo Material es capaz de apoyar a 2 ejércitos y lo hace operando un depósito para cada suministro prioritario.
Estas unidades son apoyadas por bases de retaguardia, que mantienen diez días de reservas de material, y los medios para transportar al menos un día de suministros en un solo transporte. Estas bases suelen estar situadas a lo largo de las vías férreas.
En la práctica, las formaciones de combate son capaces de consumir sus reservas móviles hasta que puedan restablecerse las líneas de suministro adecuadas, lo que se hace mediante lo que se conoce como reabastecimiento de escalón saltado, que consiste en pasar por alto la retaguardia del ejército y entregar directamente a la división.
En cuanto al transporte, los suministros suelen llegar a las bases del frente por ferrocarril, alrededor del 75%, el 15% llega por carretera y el 10% a través de oleoductos tácticos.
Aunque esta cifra desciende considerablemente en lo que respecta a la retaguardia del frente, que sólo recibe un 15% por ferrocarril, el otro 75% de su material se transporta en camiones y el 10% por oleoducto. Las bases móviles dependen casi totalmente de los camiones, alrededor del 90% de sus suministros se entregan por carretera.
Para agilizar el proceso logístico, y estandarizar aún más los principios básicos y las órdenes, los soviéticos utilizan lo que se conoce como unidades de fuego, normalmente empleadas para denotar el número de cartuchos que requiere cada arma, este sistema funciona para garantizar la disponibilidad adecuada de las municiones necesarias.
En lo que respecta al combustible, los oleoductos ofrecen una enorme ventaja en el transporte de este material. Una ventaja es que estos oleoductos tácticos son muy difíciles de destruir y suelen ser extremadamente flexibles, es posible cambiar el tipo de combustible transportado en un abrir y cerrar de ojos.
Casi idéntico a las unidades de fuego, el combustible se denota por recargas, que es la cantidad de combustible que cada vehículo lleva internamente, esto asegura que junto a la munición, cada unidad tenga el combustible adecuado para mantener la ofensiva.
En fin, el hilo termina aquí, esperad la tercera parte en un futuro próximo.