Artículo extenso traducido del original de Tank Ecyclopedia.
Para un listado completo de los vehículos de combate de Transnistria, ver nuestro post La Lucha por la Relevancia, Vehículos de Combate de Transnistria.
República Moldava Pridnestroviana (Transnistria) (1991-presente)
Estado no reconocido – 18 tanques, más de 100 vehículos blindados de transporte de tropas y vehículos de apoyo blindados BTRG-127 Abejorro y vehículo de apoyo GT-MU.
Europa alberga una gran cantidad de naciones que, en diferente medida, han fabricado, modificado u operado vehículos blindados. Es en este continente donde se crearon los primeros carros de combate y, todavía hoy, Europa cuenta con un gran número de naciones que exportan vehículos blindados de combate modernos. Rusia, Alemania y Francia son los principales ejemplos, y otros países producen sus propios vehículos blindados de combate o modificaciones y modernizaciones de tipos más antiguos.
Dentro de la antigua URSS, el fabricante de vehículos acorazados de combate más activo y moderno es sin duda Rusia, seguida (antes) de lejos por Ucrania. Sin embargo, no son las únicas repúblicas ex soviéticas que cuentan con sus propias industrias locales de fabricación de vehículos blindados de combate o, al menos, de refacciones y actualizaciones. Varios Estados ex soviéticos, como Georgia, Armenia y Bielorrusia, entre otros, también han emprendido sus propios proyectos locales. Sin embargo, reciben aún menos reconocimiento los Estados no reconocidos atrapados en «conflictos congelados» dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de Georgia y Moldavia.
Dentro de los territorios georgianos reconocidos internacionalmente se encuentran los estados no reconocidos de Osetia del Sur y Abjasia. Ambos están reconocidos por Rusia (y ahora también por Nauru, Nicaragua, Venezuela y Siria, N.T.), que mantiene una fuerte presencia militar en sus fronteras e incluso ha entrado en guerra contra Georgia por Osetia del Sur en 2008. Más al oeste, dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de Moldavia, se encuentra la República Moldava Pridnestroviana, conocida habitualmente como «Transnistria».
A diferencia de los estados separatistas georgianos, Rusia ni siquiera la reconoce oficialmente. No obstante, está fuertemente influenciada por Moscú y sigue siendo una de las entidades más peculiares surgidas del colapso final de la Unión Soviética. Lo mismo puede decirse de la pequeña pero inusual flota de vehículos blindados de combate presentes en la pequeña porción de tierra que es Transnistria.

El área geográfica de Transnistria
La zona geográfica conocida como Transnistria está situada en Europa Oriental, en el límite de las partes tradicionalmente rumana/moldava y ucraniana de Europa.
La etimología de Transnistria se traduce como «sobre el Dniéster», desde el punto de vista moldavo/rumano. En la práctica, esto significa que, históricamente, el término Transdniéster se ha utilizado a veces para designar toda la zona comprendida entre el Dniéster y el siguiente gran río, el Bug del Sur, el segundo río más grande de Ucrania. Durante la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, Rumanía estableció la Gobernación de Transnistria tras su participación en la invasión de la Unión Soviética. Este territorio ocupado se extendía desde el Dniéster hasta el Bug del Sur.


En las últimas décadas, sin embargo, el nombre de Transdniéster se ha asociado al Estado secesionista conocido como República Moldava Pridnestroviana, abreviado oficialmente como PMR. Consiste en las pocas zonas de la antigua República Socialista Soviética de Moldavia que estaban al este del Dniéster, así como unas pocas localidades al oeste del Dniéster que, durante el conflicto que marcó la zona durante la disolución de la Unión Soviética, fueron aseguradas por la PMR, siendo la mayor y más importante Bender.
Transnistria y la Unión Soviética
La región histórica de Transnistria y la vecina Besarabia (que se corresponde aproximadamente con la actual Moldavia. La Moldavia histórica hace referencia más bien a la región rumana al oeste de Besarabia) fueron tomadas por el Imperio Ruso, de manos de autoridades anteriores como el Kanato de Crimea y el Imperio Otomano, en el siglo XVIII y principios del XIX, obteniendo el control total en 1812. Esto marcó el comienzo del dominio ruso sobre la zona, que tendría un impacto significativo en la población. La zona hoy conocida como PMR estaba en el límite de las esferas de asentamiento rumana y ucraniana, pero el dominio ruso añadiría otro idioma y el comienzo de la presencia de una minoría rusa en la región.
Tras la conclusión de la Primera Guerra Mundial, el Reino de Rumanía, aunque maltrecho, se situó entre los vencedores, mientras Rusia se desgarraba en una guerra civil entre los bolcheviques, los blancos proimperiales o militares y diversas facciones locales. Rumanía aprovecharía esta oportunidad y se apoderaría de Besarabia, empujando la frontera entre Rumanía y el mundo ruso hasta el Dniéster. En los años siguientes, con la guerra civil en Rusia terminando en una victoria bolchevique, la recién establecida Unión Soviética, que tenía tanto políticas expansionistas relacionadas con los territorios que había perdido tras la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil Rusa, como por la naturaleza internacionalista del comunismo, no estaba satisfecha con el anterior movimiento rumano.
En 1924, la Unión Soviética, todavía un estado paria internacional, tenía el deseo de tomar este territorio en manos rumanas, pero con el país todavía recuperándose de la Guerra Civil y la alianza militar de Rumanía con Francia, hacerlo no era factible. Dentro de la parte suroccidental de la República Socialista Soviética de Ucrania, se creó otra subdivisión con el nombre de República Socialista Soviética Autónoma de Moldavia (RASSM). Ésta incorporaba gran parte de los territorios de la actual PMR, así como algunos territorios más al este, que hoy forman parte de Ucrania. En 1926, contaba con unos 570.000 habitantes, de los cuales alrededor del 45% eran ucranianos y el 31% moldavos, aunque estos últimos eran mayoría en varias ciudades, sobre todo a lo largo del Dniéster. En ese momento, la población rusa en esta MASSR era del 9,7%. Las autoridades soviéticas promovieron enérgicamente la identidad moldava, sobre todo como una identidad realmente distinta de la rumana, con la que tradicionalmente estaba vinculada. Las diferencias entre las lenguas, muy similares en la práctica, se subrayaron tanto como fue posible (como actualmente han hecho Croacia y está haciendo Montenegro, N.T. ), y las autoridades soviéticas difundieron la narrativa de que el Reino de Rumanía oprimía al pueblo moldavo en Besarabia.

La situación cambiaría dos décadas más tarde. Tras un ultimátum presentado dos días antes, el 28 de junio de 1940, el Ejército Rojo soviético pasó a ocupar Besarabia, así como la región vecina de Bucovina del Norte, arrebatadas al Reino de Rumanía. En agosto, la URSS creó formalmente la República Socialista Soviética de Moldavia. Comprendía la mayor parte de Besarabia, así como la parte occidental de la MASSR, a lo largo del Dniéster, mientras que la parte oriental, mucho más ucraniana que moldava, se reintegró plenamente en la República Socialista Soviética de Ucrania. Esta configuración administrativa se mantendría durante toda la era soviética.
Esta organización soviética inicial fue brutalmente eliminada por la Operación Barbarroja, la invasión de la URSS por el Eje, iniciada el 22 de junio de 1941, que supuso la reintegración de Besarabia en Rumanía, mientras que los actuales territorios de la PMR se incorporarían a la Gobernación de Transdniéster. Esta zona sería utilizada por las autoridades rumanas para deportar a muchos judíos y gitanos, lo que provocó unas cien mil muertes estimadas (y discutidas-tal vez por revisionistas fascistas, N.T.-) por inanición, maltrato y ejecución. La zona fue recuperada por la URSS en 1944, y a partir de ese momento permanecería en manos soviéticas hasta la crisis final del colapso del bloque soviético.
Transnistria experimentó algunos avances considerables durante la era soviética. La ubicación de la región a lo largo del Dniéster resultó muy favorable para la instalación de industria pesada e instalaciones eléctricas. Moldavia era conocida sobre todo como una de las repúblicas más agrícolas de la Unión, que exportaba cantidades de vino, frutas, verduras y conservas muy superiores a las que sugeriría su escaso tamaño, el 0,2% de la masa terrestre total de la URSS. Transnistria, sin embargo, era la región industrial de Moldavia, donde se localizaba la mayor parte de la industria de la República. La ciudad de Rîbnița albergaba una gran acería y una fábrica de azúcar. En Tiraspol, la mayor ciudad de Transnistria, había fábricas de electrodomésticos y ropa. La región también albergaba la gran mayoría de las instalaciones energéticas de Moldavia, la mayor de las cuales era la central de gas natural, fuelóleo y carbón de Kuchurgan, inaugurada en 1964. Hacia el final de la era soviética, Transdniéster, con sólo un 15% de la población moldava, producía cerca del 40% del PIB de la República Soviética y el 90% de su electricidad.

Estos grandes esfuerzos industriales en Transnistria también supusieron una considerable afluencia de trabajadores rusos y ucranianos a los territorios situados al este del Dniéster. En las primeras fases del control ruso de la zona en la posguerra, también se produjeron importantes deportaciones de familias moldavas acusadas de haber colaborado con las autoridades (fascistas) de ocupación del Eje. Esto también hizo que aumentara considerablemente la influencia rusa en la región. Junto con el moldavo, el ruso también fue declarado una de las dos lenguas oficiales de la República Socialista Soviética de Moldavia. Para el moldavo se adoptó la escritura cirílica en lugar de los caracteres latinos, otro signo de la considerable influencia rusa y de la distinción que las autoridades soviéticas querían crear con respecto a la lengua rumana.
Transdniéster y el declive soviético
Tras la llegada al poder de Mijaíl Gorbachov en la URSS en 1985, las políticas de línea dura, sobre todo en lo referente a la cohesión y la unidad interna, se aligeraron enormemente como señal de apaciguamiento y reforma del gobierno. Esto tuvo un impacto muy considerable en Moldavia. La mayoría de la población moldava estaba descontenta con las políticas oficiales, que se considerarían rusificación, o al menos fomento de la influencia de la cultura y la lengua rusas sobre Moldavia. La idea de que Moldavia fuera una nación distinta con una lengua distinta en comparación con Rumanía no había logrado seducir a muchos de sus habitantes, que, con un control soviético cada vez más ligero, veían de repente cada vez más probable la perspectiva de acercarse o quizá unirse a Rumanía. Movimientos que apoyaban la identidad moldava en oposición a Rusia, primero el Movimiento Democrático de Moldavia, que más tarde evolucionó hasta convertirse en el Frente Popular de Moldavia, empezaron a aparecer y a ganar un número considerable de seguidores en Moldavia. Defendían que el moldavo se convirtiera en la única lengua oficial de la República y que se volviera a la escritura latina en lugar de la cirílica.
Muchos de los cambios deseados por este movimiento fueron adoptados por el Soviet Supremo de la República de Moldavia en agosto de 1989. El moldavo fue declarado única lengua oficial y se le devolvió el alfabeto latino, mientras que el ruso, el ucraniano y el gaguz se mantuvieron como lenguas minoritarias y sólo para fines secundarios.
Estos acontecimientos en el conjunto de Moldavia se vieron de forma muy diferente en Transnistria. A nivel local, los moldavos no eran mayoría absoluta y tenían que enfrentarse a minorías rusas y ucranianas muy numerosas, a las que disgustaba enormemente la evolución de Moldavia hacia un Estado independiente, moldavo y prorrumano. El ruso no era sólo la lengua de la minoría rusa, sino que se consideraba la lengua común de toda la población de la República Socialista Soviética de Moldavia. Por ello, la declaración del moldavo como única lengua oficial no sólo fue mal vista por los rusos, sino también por los ucranianos. No sólo eso, sino que la población moldava de Transdniéster vivía en una parte de Moldavia que podía considerarse mucho más integrada en el sistema soviético y, como tal, se sentía menos atraída por las ideas del nacionalismo moldavo que predominaban en el resto de la República. Mientras que en Besarabia grupos de intelectuales moldavos empezaron a manifestar sus opiniones con el resurgimiento de una identidad moldava, los disturbios en Transnistria adoptarían una forma diferente. Grupos de trabajadores se organizaron en fábricas, normalmente en oposición a los movimientos nacionalistas y apoyando a Moldavia, que permanecía dentro de la Unión Soviética.
En agosto de 1989, el mismo mes en que se aprobó la ley lingüística, se creó el OTSK (Объединенный Совет трудовых коллективов/Consejo Colectivo del Trabajo Unido) para unir a las diversas organizaciones y grupos que se habían creado en Transnistria. Inmediatamente convocó grandes huelgas que afectaron a amplias zonas de Transnistria a lo largo de agosto de 1989. En el punto álgido de las huelgas, a principios de septiembre de 1989, estaban en huelga unos 100.000 trabajadores (la población de Transnistria en ese momento era de unos 680.000 habitantes) y cerraron 200 fábricas y establecimientos. Aunque las huelgas se desconvocaron el 15 de septiembre de 1989, a esas alturas el OTSK prosoviético (pero, al mismo tiempo, claramente separado del Partido Comunista, que en algunos momentos colaboró con el OTSK para limitar la aplicación de la ley lingüística en Transnistria, pero que más tarde intentaría reafirmar su autoridad durante el invierno de 1989-1990) había afirmado una influencia muy significativa sobre los trabajadores de las fábricas e incluso sobre muchas instituciones locales de Transnistria y sus ciudades. Ya en ese momento, la autoridad de un gobierno central moldavo que quería aspirar a la separación de Moldavia de la Unión Soviética y que promovía en gran medida la identidad moldava sobre Transnistria parecía comprometida.
Ese mismo año, la evolución de la situación en el Bloque del Este, con la caída de la Guerra de Berlín, pero quizá aún más significativa para Moldavia, la «revolución» rumana de diciembre de 1989, parecía indicar que el orden soviético se derrumbaba rápidamente. Tras la destitución y ejecución del dictador (o del asesinato del lider del País y de su mujer, según se mire, N.T.) rumano Nicolae Ceaușescu, Rumanía estaba en vías de convertirse en un Estado democrático y la perspectiva de reunificación entre Moldavia y Rumanía parecía cada vez más atractiva para muchos moldavos. En febrero-marzo de 1990, durante las primeras elecciones parlamentarias libres celebradas en Moldavia, se eligió una amplia mayoría del Frente Popular en el Soviet Supremo, quedando ahora en minoría el Partido Comunista de Moldavia. En Transnistria, el OTSK y los candidatos a los que apoyaba obtuvieron importantes victorias, pero esto no fue suficiente para evitar una amplia mayoría nacionalista pro-moldava en el Soviet Supremo.
A partir de este momento, las autoridades centrales moldavas, ahora claramente encaminadas hacia la independencia con las elecciones al Soviet Supremo, chocarían cada vez más con el OTSK, que ejercía un importante control sobre Transnistria. El signo más evidente de esta oposición fue la adopción por parte del gobierno central, el 27 de abril de 1990, de una nueva bandera altamente simbólica, que utilizaba los colores amarillo, azul y rojo asociados al nacionalismo rumano. Las localidades de Transnistria la rechazaron masivamente, optando por seguir utilizando la antigua bandera de la República Soviética. El gobierno central agravó la situación al presionar para que la adopción de la bandera fuera legalmente vinculante en mayo, lo que impulsó las ideas de independencia de Transdniéster de Moldavia, ya que era una clara señal de que el gobierno central moldavo estaba dispuesto a escalar y ejercer su autoridad sobre la región.


El primer «Estado» de Transdniéster
El 23 de junio de 1990, la República Socialista Soviética de Moldavia declaró formalmente la soberanía de la Unión Soviética. Esto provocó un gran malestar en Transdniéster. Al mismo tiempo, en verano, las localidades de Transnistria emprendieron una gran campaña de referéndum no aprobada por el gobierno central, en la que se planteaban cuestiones como si debía crearse un Estado de Transnistria y si el moldavo debía ser la única lengua oficial. Obviamente, era un intento de legitimar lo que estaba por venir. Los resultados del referéndum fueron mayoritariamente favorables a la independencia de Transdniéster y contrarios a que el moldavo fuera la única lengua oficial. Teniendo en cuenta la situación étnica y política de Transnistria, estos resultados no son especialmente sorprendentes, pero sin ningún tipo de observadores electorales externos e independientes, no se puede determinar la validez de estos referendos (sin comentarios, N.T.).
El 2 de septiembre de 1990, confiados en la oposición local al gobierno central moldavo, los delegados de un congreso de diputados de Transnistria al Soviet Supremo moldavo declararon la independencia de la República Socialista Soviética de Moldavia Pridnestroviana o PMSSR de la República Socialista Soviética de Moldavia. Se trataba de un gobierno formado en gran parte por figuras del OTSK, con Igor Smirnov, presidente del comité de Tiraspol, como presidente en funciones, y la ciudad de Tiraspol como capital del nuevo Estado. Los objetivos abiertos y claros de la PMSSR eran mantener Transnistria dentro de la Unión Soviética y rechazar el nacionalismo moldavo y la prevalencia de la lengua sobre el ruso.
Los meses siguientes estuvieron marcados por una gran desorganización, ya que Transnistria y las autoridades moldavas restantes luchaban por el control de Transnistria.
Transnistria dominaba claramente la mayoría de las grandes ciudades, lo que constituía una ventaja considerable, ya que estaba muy urbanizada. Y, lo que es más importante, podía granjearse fácilmente la simpatía, aunque ni mucho menos la lealtad directa, del 14º Ejército de Guardias del Ejército Rojo. Este ejército tenía su cuartel general en Tiraspol y empleaba a una mayoría de soldados de Transnistria, con más de la mitad del cuerpo de oficiales y tres cuartas partes de los soldados procedentes de los territorios en los que Transnistria se estaba estableciendo. Sin embargo, Moldavia seguía contando con la lealtad de la mayor parte de la policía y la justicia, y varias comunidades rurales donde la inmigración rusa había sido menos frecuente se opusieron a la creación de Transnistria y votaron a favor de permanecer dentro de Moldavia. Para ejercer su autoridad sobre los territorios que reclamaba, dado que el 14º Ejército no podía intervenir directamente debido a su lealtad al Estado soviético, que se mantuvo neutral en el conflicto, Transdniéster tuvo que recurrir cada vez más a las formaciones paramilitares de Transdniéster. Los primeros enfrentamientos menores del conflicto se produjeron en noviembre de 1990, cuando policías moldavos intentaron retomar el control de la ciudad tras las barricadas y cortes de carretera levantados por separatistas y residentes, con el resultado de tres muertos y trece heridos entre la población local. A partir de ese momento, se producirían varios enfrentamientos de pequeña intensidad por Transnistria.
En agosto de 1991, Transnistria apoyó el intento de golpe de estado de los partidarios de la línea dura del partido, que intentaban derrocar a Gorbachov y restaurar la autoridad soviética utilizando la fuerza y la represión. Este intento fracasó y, a partir de ese momento, la autoridad soviética restante decayó muy rápidamente en favor de los gobiernos locales, lo que empujó a Transnistria a armar cada vez más a sus formaciones paramilitares. El 6 de septiembre de 1991, Transnistria creó formalmente un ejército para afirmar el control sobre Transnistria y prepararse para un posible conflicto a mayor escala.
Independencia de Transnistria y enfrentamientos con Moldavia
El 5 de noviembre de 1991, tras el fracaso del golpe de agosto, Transnistria declaró formalmente su independencia de la Unión Soviética, cambiando su nombre por el de República Moldava Pridnestroviana (PMR), eliminando las referencias a la naturaleza soviética y socialista de la República. Confusamente, al mismo tiempo, Transnistria seguiría haciendo amplio uso de la simbología soviética, algo que se mantiene hasta nuestros días.
Tras esta declaración de independencia, el conflicto con las autoridades moldavas empezó a calentarse considerablemente, al desaparecer la estructura protectora de la Unión Soviética. Hasta ese momento, Moldavia sólo había podido contar con las fuerzas policiales locales, pero era, a todas luces, un Estado independiente. Estableció un Ministerio de Defensa que empezó a reclutar tropas en marzo de 1992, mientras que, al mismo tiempo, las formaciones paramilitares dentro de Transnistria crecían en fuerza.
El papel del 14º Ejército de la Guardia y de Rusia
El ejército y las formaciones paramilitares de la PMR dependían en gran medida del 14º Ejército de la Guardia para convertirse en una fuerza de combate eficaz. La formación era leal a la URSS, y más tarde a Rusia, y las autoridades centrales reprimieron las formas más directas de apoyo a las fuerzas de Transnistria por parte de oficiales locales. El teniente general Gennady Yakovlev, comandante del ejército al principio del conflicto, era muy pro-Transnistria, hasta el punto de que se convirtió formalmente en el Presidente del Departamento de Defensa de la PMR el 3 de diciembre de 1991, siendo relevado inmediatamente de sus funciones en el ejército soviético. Su sustituto, el General de División Yuri Netkachev, era una figura mucho más neutral, pero no tomó medidas significativas para evitar que equipos y tropas del 14º Ejército de Guardias cayeran en manos de las fuerzas de Transnistria o se unieran a ellas.
El Ejército de la Guardia tenía considerables depósitos militares, muchos de los cuales estarían muy abiertos para que las fuerzas de Transnistria se llevaran el equipo que necesitaran. El 14º Ejército de la Guardia tenía su base cerca del Dniéster. En general, el teatro de operaciones del sur y centro de Europa contaba con muchos ríos importantes. Como tal, disponía de una importante cantidad de equipos de ingeniería y logística de cruce anfibio, pero también de grandes fuerzas de combate. El 14º Ejército de Guardias contaba con más de 200 carros de combate, la gran mayoría T-64, más de 300 vehículos blindados de combate de otro tipo (los más comunes eran los MT-LB y los BTR-60), un número similar de piezas de artillería y decenas de miles de armas ligeras. Muchas de ellas caerían en manos de milicianos de Transnistria, que también se beneficiarían del adiestramiento de miembros del 14º Ejército de la Guardia, o a veces incluso de deserciones directas de soldados que preferirían servir a las órdenes de Transnistria antes que a las de Rusia. Aunque oficialmente no participaba en el conflicto, en la práctica Rusia era muy favorable a Transdniéster, y el vicepresidente ruso, Alexander Rutskoy, visitó Tiraspol y animó a los transnistrios a luchar por su independencia en un discurso pronunciado en abril de 1992. Varios rusos, incluidos cosacos, se ofrecieron voluntarios para unirse a las fuerzas de la PMR en el conflicto. También participaron en el conflicto voluntarios ucranianos en el bando transnistrio, mientras que hay informes de voluntarios y asesores rumanos en el bando moldavo.

La guerra de Transnistria
Los últimos meses de 1991 y los primeros de 1992 fueron, con mucho, los más activos del conflicto entre Transnistria y Moldavia.
Los dos mayores focos de enfrentamientos fueron Dubăsari y Bender. Dubăsari, situada en torno al centro de Transnistria, fue escenario de enfrentamientos entre las milicias locales de la PMR y la policía moldava, que permaneció organizada y leal al gobierno moldavo. El líder de la milicia local de Transnistria fue incluso asesinado por un adolescente el 1 de marzo de 1992, y la policía fue acusada del asesinato por muchos lugareños y funcionarios y milicianos de Transnistria. Las noches siguientes, milicianos de Transnistria y voluntarios cosacos asaltaron el cuartel general de la policía, y las fuerzas policiales locales se rindieron por orden del gobierno central moldavo para evitar una escalada del conflicto hacia una guerra clara y abierta. En los días siguientes, las fuerzas locales, así como los refuerzos de la policía moldava, lograron apoderarse de tres pueblos muy cercanos a Dubăsari, aunque no de la propia ciudad, y formaron un perímetro defensivo moldavo en el lado oriental del Dniéster, con fuerzas tanto moldavas como transnistrias atrincheradas alrededor del enclave moldavo.

En Dubăsari, Transnistria llevó a cabo algunas conversiones improvisadas para crear vehículos de combate improvisados. Un camión recibió apresuradamente placas blindadas y un compartimento abierto para armas para participar en los combates en el sector de Dubăsari.

Transnistria llevó a cabo otras conversiones, aunque se desconoce dónde tuvieron lugar. Entre ellas se incluyen un MT-LB al que se le instaló un cañón antiaéreo ZU-23-2, y un GMZ-3 blindado para minas utilizado como vehículo blindado de transporte de tropas.


El lugar donde se produjeron más enfrentamientos fue la ciudad de Bender, también conocida como Tighina en rumano. Con una población de unos 100.000 habitantes, esta ciudad era notable, ya que estaba situada en la orilla occidental del Dniéster, que las fuerzas moldavas solían conservar, pero, según el censo de 1989, tenía mayoría rusa, ya que alrededor del 43% de la población era rusa y otro 18% ucraniana, frente al 25% de moldavos. Como tal, las simpatías locales estaban mucho más cerca de Transdniéster, que pudo ejercer su autoridad sobre la ciudad poco después de su independencia. Esto fue considerado inaceptable por Moldavia. A finales de 1991 y principios de 1992 se produjeron fuertes enfrentamientos en los alrededores de la ciudad, cuando la policía moldava intentó reinstaurar la autoridad moldava sobre la ciudad, sin éxito.
Junio de 1992: Guerra abierta en Bender
La tensa situación de Bender alcanzó su punto culminante en junio de 1992. La policía de la ciudad seguía siendo leal al gobierno central de Moldavia y mantenía su presencia en la ciudad. El 19 de junio de 1992, la policía moldava detuvo a un comandante de la 14ª Guardia Militar, tras lo cual se produjo un enfrentamiento y se efectuaron disparos contra la comisaría. Al día siguiente, las fuerzas moldavas entraron en la ciudad en gran número para intentar imponer su control total. Durante la mayor parte del conflicto, las autoridades moldavas se habían apoyado en la policía, así como en voluntarios y milicias locales, pero en esta ocasión intervino el recién creado Ejército moldavo. Se trataba de una fuerza equipada con artillería y compuesta principalmente por soldados profesionales aunque recién reclutados.
Se produjeron intensos enfrentamientos en la ciudad, sobre todo porque la PMR iba a hacer uso de tanques T-64. Se desconoce si éstos habían sido incautados por miembros de las fuerzas armadas de Transnistria o si se trataba de una intervención directa del 14º Ejército de Guardias en el conflicto como consecuencia de la detención de un comandante. Se afirmó que algunos llevaban banderas rusas, pero esto podría ser un signo de identidad étnica y no de clara lealtad a la recién creada Federación Rusa.



Tres T-64BV atacaron por primera vez el 20 de junio. Los tanques tuvieron que atravesar un puente mientras eran observados y recibían disparos de las fuerzas moldavas, y luego serían conducidos a una carretera en dirección a la comisaría de policía. Se había preparado una batería de dos cañones antitanque MT-12 de 100 mm para luchar potencialmente contra el blindaje enemigo. Uno de los observadores de la batería resultó muerto, pero los cañones consiguieron derribar uno de los T-64BV. Los otros dos tanques procedieron a intentar una retirada, durante la cual otro T-64BV quedó fuera de combate por un disparo de 100 mm en el bloque del motor, y sólo uno de los tres consiguió salir de Bender. Sin embargo, el vehículo había sufrido graves daños durante el enfrentamiento y se incendió a pocos kilómetros al otro lado del puente, lo que provocó la pérdida total del vehículo. La tripulación pudo salir sana y salva y consiguió un nuevo vehículo para continuar las operaciones en los próximos días.


Al día siguiente volverían más T-64, pero esta vez mejor preparados y con apoyo real de infantería y vehículos blindados de transporte de tropas. En este siguiente ataque, un tripulante resultó muerto por un disparo de un MT-12 que logró penetrar en la torreta de su T-64. Otro tanque fue dañado por un RPG-7 cerca del lugar donde el primer T-64 había sido derribado el día anterior. Sin embargo, el ataque, una vez más compuesto por tres tanques, tuvo éxito. Durante las últimas semanas de la guerra, los T-64 de Transnistria también se vieron con un blindaje Kontakt-1 ERA añadido en la parte trasera de la torreta, además del arco frontal estándar y en los laterales de la torreta, probablemente debido a las lecciones aprendidas en el combate del puente. Las fuerzas moldavas afirmaron haber destruido dos tanques con cañones antitanque MT-12 de 100 mm, un tercero con un RPG que impactó en el motor, y haber inutilizado un cuarto vehículo arrancándole las orugas con un RPG. Se han conservado imágenes de T-64 en combate en Bender, incluido uno con marcas rusas.

T-64BV en combate en Bender, 20 de junio de 1992. Fuente: youtube
El intento moldavo de reafirmar el control sobre Bender resultó ser el punto decisivo del conflicto, pero no de la forma que los moldavos esperaban. En ese momento, el Vicepresidente ruso permitió que el 14º Ejército de la Guardia se comprometiera plenamente en la retoma de la ciudad, y el 14º Ejército de la Guardia también hizo preparativos para cruzar el Dniéster como clara demostración de fuerza contra Moldavia. La segunda quincena de junio y la primera de julio serían testigos de la única fase del conflicto que podría describirse realmente como una guerra abierta, al menos en torno a Bender, que las fuerzas transnistrias y rusas consiguieron tomar por completo. El 21 de julio de 1992, incapaz de contrarrestar una fuerza tan excesiva, Moldavia firmó un alto el fuego con Transnistria y Rusia. El conflicto de Transnistria ha permanecido congelado en la línea de alto el fuego desde entonces, con Transnistria manteniendo Bender y varios pueblos vecinos al oeste del Dniéster, mientras que Moldavia sigue controlando tres pequeños pueblos al este del Dniéster, alrededor de Dubăsari.
Aunque se desconoce el contexto y el lugar exactos en los que se utilizaron, en la guerra de Transdniéster también se utilizaron varios vehículos equipados con conversiones improvisadas. Un ejemplo es el camión blindado antes comentado.
En total, se cree que el conflicto causó unas 1.000 víctimas mortales y otros 3.000 heridos. No se produjeron desplazamientos significativos de la población durante el conflicto. Se dice que el comandante del 14º Ejército de Guardias hacia su final, Alexander Lebed, declaró sobre el conflicto:
«Les dije a los gamberros de Tiraspol y a los fascistas de Chișinău: o dejáis de mataros unos a otros, o los fusilo a todos con mis tanques».
Política en Transdniéster
En los años siguientes a la conclusión del conflicto, Igor Smirnov permaneció en el poder en Transdniéster. Durante la década de 1990, intentó en general seguir la doctrina de la economía planificada soviética y garantizar unas estrechas relaciones entre Transdniéster y Rusia.

Smirnov fue elegido para continuar su mandato como Presidente de Transnistria durante las primeras elecciones presidenciales de 1996, que ganó con más del 80% de los votos; el segundo candidato, del Partido Comunista de Transnistria, no pudo obtener más del 10%. Al año siguiente, Transnistria pasó a negociar un memorándum entre Transnistria y Moldavia que ha propiciado la creación de relaciones jurídicas entre ambas administraciones, y la fácil circulación a través de la frontera, algo que muchos considerarían normalmente inusual en un estado secesionista.
Los años siguientes estuvieron marcados por la continuidad en el poder de Smirnov, rodeado en general de antiguos miembros de la OTSK. En 2006, se celebró un referéndum sobre si Transdniéster debía volver a unirse a Moldavia, o más bien buscar la anexión a Rusia. Más del 98% rechazó la primera propuesta y el 96% aprobó la segunda. Teniendo en cuenta las duras condiciones económicas y sociales en las que estaba y sigue estando Transnistria, no es sorprendente que busque la reincorporación a otro país. Pero teniendo en cuenta la diversa composición étnica de la República, resulta chocante que el voto se decantara de forma tan increíble hacia Rusia. Sin ningún tipo de observadores internacionales, el referéndum se consideró en gran medida amañado, lo cual, teniendo en cuenta los resultados tan parciales, es muy probable que así fuera. En la década de 2000, Smirnov tendió a abandonar las políticas de economía planificada, en favor de un sistema más de mercado en el que Transdniéster se integró más en el comercio internacional, con Rusia como, como era de esperar, su mayor socio comercial.
La cuarta campaña de reelección de Smirnov fue mal, ya que figuras del principal partido ruso, Rusia Unida, manifestaron su falta de confianza en él. En su lugar, expresaron su apoyo al Presidente del Soviet Supremo de Transnistria, el parlamento efectivo de Transnistria, Anatolii Kaminskii. En las elecciones, Smirnov quedó tercero y Kaminskii sólo segundo, por lo que resultó elegido Yevgeny Shevchuk, ciudadano ucraniano de etnia PMR-rusa. A diferencia de Smirnov, Shevchuk estaba afiliado a un partido político: Obnovlenie, o «Renovación», un partido liberal, nacionalista y obviamente prorruso que participó por primera vez en unas elecciones en 2000 y ya había obtenido 23 de los 43 escaños del Soviet de Transdniéster en 2005, y otros dos, hasta llegar a 25, en 2010.

Yevgeny Shevchuk, segundo Presidente de la PMR. Fuente: https://novostipmr.com/en/news/15-05-19/yevgeny-shevchuk-blockade-and-sanctions-against-pridnestrovie
A pesar de no ser el candidato apoyado por Rusia, Shevchuk continuaría las políticas prorrusas de Smirnov. La anexión rusa de Crimea en 2014 hizo que aumentaran las conversaciones sobre la anexión de Transnistria a Rusia. En 2016, diez años después del controvertido referéndum en el que la gran mayoría de los transnistrios supuestamente votaron a favor de unirse a Rusia, Shevchuk promulgó un decreto para aproximar la legislación de Transnistria a la rusa con el fin de facilitar una futura anexión.
Shevchuk fue derrotado en las últimas elecciones presidenciales de Transnistria en 2016. Fue elegido un nuevo presidente, Vadim Krasnoselsky, que no está afiliado a Obnovlenie a pesar de que el partido conserva hasta hoy la mayoría del Soviet. En los años siguientes, Shevcuck sería acusado de cinco cargos penales, entre ellos contrabando, corrupción y abuso de poder, y huiría a Moldavia y, al parecer, más tarde a Rusia. En 2018, un tribunal de Transnistria lo juzgó y condenó en rebeldía a 18 años de prisión.

La victoria de Krasnoselsky en las elecciones se debió en gran parte al conglomerado Sheriff, que desempeña un enorme papel en la economía y la cultura de Transdniéster. Aunque acogería con satisfacción una visita oficial del presidente moldavo a Transdniéster a principios de 2017, más adelante en su mandato, en mayo de 2019, Krasnoselsky declaró que Transdniéster intentaría presentar una demanda internacional contra Moldavia por su agresión contra el pueblo de Transdniéster. Por el momento no ha tenido éxito. Como todos los anteriores presidentes de Transdniéster, ha expresado su apoyo a la anexión de Transdniéster a Rusia, pero también ha declarado oficialmente que tiene opiniones monárquicas, lo que, aunque está en consonancia con la reevaluación del mito histórico ruso para favorecer más la época imperial que la soviética, no deja de ser inusual en el presidente de un estado que aún luce la hoz y el martillo en su bandera.
Demografía y grupos étnicos
La composición étnica de Transdniéster gira en torno a tres poblaciones que forman la inmensa mayoría de la población del Estado: moldavos, rusos y ucranianos.
El último censo soviético, realizado en 1989, indicaba una mayoría moldava del 39,9%, siendo la segunda población étnica más numerosa los ucranianos, con un 28,3%, y los rusos, con un 25,5%, la tercera, con un 6,4% restante formado por otras minorías diversas. En el siguiente censo, realizado en 2004, se produjo un cambio considerable en la composición étnica: los moldavos seguían siendo, por un pequeño margen, el grupo más numeroso, pero disminuían al 31,9% de la población de Transdniéster, mientras que la población rusa rivalizaba con ellos en tamaño, con un 30,3%, y la proporción de ucranianos se mantenía muy estable en el 28,8%. Este censo también incluía una visión más detallada de las minorías presentes en el territorio de la PMR, siendo la minoría más numerosa la búlgara, con un 2,5%, concentrada en gran parte en la ciudad de Parcani, un lugar de asentamiento históricamente búlgaro poblado por 10.000 individuos de los que una mayoría absoluta son búlgaros. Les sigue una minoría polaca del 2% en el norte del país. En el censo de 2015, los rusos se convirtieron en el grupo más numeroso de Transdniéster, con un 33,8% de origen étnico expreso, mientras que los moldavos, ahora en segundo lugar, paradójicamente representaban una porción mayor de la población en comparación con el último censo, con un 33,2%. La población ucraniana disminuyó al 26,7% y, lo que es más significativo, la minoría polaca se redujo a un mero 0,2%. En este censo se añadió por primera vez una opción étnica transnistria, pero sólo la eligió el 0,2% de los encuestados, lo que demuestra la escasa identificación general de la población con el Estado de Transnistria.
Históricamente, las zonas urbanas de Transdniéster, sobre todo Tiraspol y Bender, han sido zonas de gran población rusa y ucraniana, mientras que las zonas rurales tienen mayor población moldava. Transnistria está muy urbanizada, con cerca del 70% de la población total.
Si nos fijamos en la cambiante composición étnica de Transdniéster, podríamos suponer que se está produciendo una repoblación considerable. En la práctica, ocurre lo contrario. Transdniéster es víctima de un proceso de despoblación excepcionalmente rápido desde su independencia. El estancamiento o incluso un ligero descenso de la población no es infrecuente en Europa del Este y, en particular, en los Estados postsoviéticos. Pero en Transnistria, ha adquirido una escala masiva en comparación con el pequeño tamaño y población del país. Esto está relacionado con la facilidad general para viajar de Transdniéster a Moldavia. La mayoría de los transnistrios tienen doble nacionalidad con Moldavia e incluso pueden inmigrar después a la Unión Europea gracias a los programas de integración Moldavia-Rumanía y Moldavia-UE. Viajar a Ucrania y Rusia también es bastante fácil. Transnistria, en comparación con estos países, ofrece una falta general de oportunidades educativas, un declive económico y una prensa y medios de comunicación censurados, lo que la convierte en un lugar especialmente poco atractivo para la juventud. Alrededor de 200.000 transnistrios tienen también la nacionalidad rusa, lo que hace que viajar y trasladarse a Rusia sea un camino mucho más fácil hacia las oportunidades.
De unos 680.000 habitantes en 1989, la población de Transdniéster ya había perdido más de 20.000 y se situaba en unos 657.000 en 1997. En el censo de 2004, ya se habían marchado más de 100.000, y la población registrada era de 554.000 habitantes. En los 10 años siguientes, hasta 2014, la población siguió disminuyendo hasta los 500.700 habitantes, experimentando un descenso del 14,5% en apenas una década. Según las estimaciones para 2020, Transnistria tenía ahora una población de unos 465.000 habitantes, lo que supone un descenso de más de 200.000, o casi un tercio, en comparación con los últimos años de la era soviética, y no hay indicios de que el declive vaya a detenerse realmente. De hecho, más que un aumento de la población rusa en comparación con los moldavos o ucranianos, las variaciones en la composición étnica de Transdniéster pueden describirse de forma breve y deprimente como el hecho de que los rusos simplemente se están marchando menos rápidamente que los demás.
Economía de Transdniéster
A pesar de su pequeño tamaño, Transdniéster mantiene su propio banco central y produce su propia moneda, el «rublo de Transdniéster». A menudo se ha pensado en Transnistria como un importante lugar de contrabando y tráfico dentro de Europa. Sin duda hay indicios de que en todo el país se llevaron a cabo muchas actividades ilegales, sobre todo en la década de 1990, hasta el punto de que los críticos europeos han calificado a Transnistria de estado mafioso. Hay informes de que Transnistria ha participado en el tráfico de armas en todo el mundo con el antiguo equipamiento del 14º Ejército de Guardias. Aunque es muy probable que en Transnistria se hayan realizado y se sigan realizando actividades de contrabando de gran envergadura, el gobierno ha negado firmemente estas acusaciones. Diversas fuentes de Rusia y Ucrania tienden a alinearse con estas afirmaciones del gobierno de la PMR, y aunque la palabra del aparato de Estado de Transnistria sea quizás poco fiable, es probable que las acusaciones hayan sido, al menos, exageradas hasta cierto punto. Sin embargo, las acusaciones y condenas que pesan sobre el ex presidente Shevchuk demuestran que las actividades ilegales siguen siendo habituales en la década de 2010.

La economía de Transdniéster depende principalmente de la exportación de recursos y productos baratos a Rusia y otras antiguas repúblicas soviéticas de Europa del Este, o a Moldavia y la Unión Europea. Se cree que la gran acería de Rîbnița, que ya era un centro de actividad económica durante la era soviética, genera casi la mitad del PIB de Transnistria. Otras exportaciones importantes de Transnistria son la ropa barata, fabricada por Tirotex, que afirma ser la segunda empresa textil de Europa y exporta grandes cantidades de ropa barata a tiendas de Europa Oriental, pero también Central y Occidental. La mayoría de las instalaciones de producción de energía de la era soviética siguen en funcionamiento y convierten a Transdniéster en un exportador de electricidad, aunque este sector está sometido a una fuerte influencia rusa, ya que se sospecha que el conglomerado ruso Gazprom ejerce un importante control sobre las instalaciones de Transdniéster. Transnistria carece de educación superior y, en general, de nuevas oportunidades de empleo fuera de la industria o el comercio minorista, lo que constituye un factor significativo de la emigración masiva fuera de la RMP.
Sin embargo, el mayor empleador de Transnistria no es ni una acería ni Tirotex, sino el gran y variado conglomerado conocido como Sheriff. Fundado en 1993, creció rápidamente de forma exponencial hasta convertirse en una empresa polivalente que cumple muchas funciones en Transnistria. Sheriff posee la cadena de supermercados con el mismo nombre más grande de Transnistria, con más de 20 tiendas en todo el pequeño país. Un número similar de gasolineras Sheriff también forman la infraestructura más común de este tipo en el PMR. Sin embargo, las actividades de Sheriff van mucho más allá e incluyen varias fábricas de pan o licores, dos concesionarios de automóviles, incluido uno de Mercedes-Benz, y, lo que quizá sea más preocupante para la libertad de información en Transnistria, un control considerable de los medios de comunicación en la RMP. Sheriff controla una de las dos cadenas de televisión nacionales de Transnistria. También tiene su propia editorial, una agencia de publicidad y una red de telefonía móvil. Por último, el conglomerado también ha invertido significativamente en deportes, y el mayor equipo de fútbol de Transnistria, el FC Sheriff Tiraspol, es propiedad de la empresa. El club cosechó una considerable atención internacional al vencer al mundialmente famoso Real Madrid por 2-1 en Madrid el 28 de septiembre de 2021, durante un partido de la Fase de Grupos de la Liga de Campeones de la UEFA 2021-2022. El estadio del equipo fue construido por Sheriff y se llama Estadio Sheriff.


Las empresas, en particular Sheriff, pero también Tirotex, han tenido una influencia considerable en la política de Transdniéster a lo largo de los años. Sheriff ha sido uno de los principales partidarios del partido Obnovlenie desde su creación en 2000 y se sabe que ha utilizado su profundo control sobre los medios de comunicación de Transnistria para influir en las elecciones a favor del partido. Cuando Obnovlenie obtuvo la mayoría absoluta en el Soviet de Transnistria en 2005, el nuevo presidente del Soviet que fue nombrado tenía fuertes vínculos con Sheriff. Dos de los diputados de Obnovlenie eran también altos cargos de Sheriff. La influencia de Sheriff era tan profunda que en algunos momentos, a pesar de haberle concedido privilegios anteriormente, el entonces presidente Smirnov denunció públicamente que querían orquestar un golpe de Estado y volver a unir Transdniéster a Moldavia. Sin embargo, con el paso de los años, y mientras Smirnov se ha ido, Sheriff permanece. Sin ir más lejos, en 2021 se acusó a Sheriff de presionar a los votantes de Transdniéster para que participaran en las elecciones parlamentarias moldavas, para lo cual las autoridades moldavas instalaron cabinas de votación junto a la frontera para que los votantes de Transdniéster participaran en las elecciones.
La presencia rusa en el centro y sur de Europa
Desde el final de la guerra de Transdniéster, la presencia militar rusa en la región ha sido constante. Se estableció formalmente en 1995 como el Grupo Operativo de Fuerzas Rusas (Оперативная группа российских войск в Приднестровье) abreviado como OGRF (ОГРВ). La base principal de la OGRF se encuentra en Cobasna, un gran depósito de municiones del antiguo 14º Ejército de Guardias, donde permanecen almacenadas miles de toneladas de material militar. En sus primeros años de servicio, la OGRF se encargó de destruir grandes cantidades de material militar soviético que no podía ser enviado de vuelta a Rusia, entre ellos más de 100 carros de combate T-64.

La fuerza principal de la OGRF está constituida por dos batallones de fusiles motorizados, con unos 1.500 hombres en total. Aunque oficialmente están presentes para vigilar los depósitos de municiones, existen claros vínculos entre la OGRF y el gobierno de Transnistria, y en los últimos años la fuerza rusa incluso ha participado en desfiles junto al ejército de Transnistria en Tiraspol. El gobierno de Transnistria incluso aprobó una ley en junio de 2016 por la que criticar públicamente a la OGRF es un delito que puede acarrear a alguien hasta siete años de cárcel. A pesar de las reiteradas quejas de Moldavia y la ONU, el OGRF sigue siendo un elemento clave de la influencia rusa más al oeste de Europa. Transnistria permite a Rusia mantener una presencia aún más al oeste de Ucrania, directamente en la frontera, o incluso podría decirse que dentro del territorio de un Estado moldavo que, aunque aún no es miembro, lleva a cabo importantes políticas de integración con la Unión Europea y, en particular, con Rumanía.
Las dispares fuerzas militares de la PMR
El ejército de la PMR se creó formalmente en septiembre de 1991, antes de la disolución de la Unión Soviética. Su estructura general se ha mantenido muy similar desde la conclusión de la guerra de Transnistria.
El Ejército está formado por cuatro brigadas de infantería motorizada, una de las cuales, considerada unidad de guardia, se encuentra en Tiraspol. Las otras tres están situadas en Bender, Rîbnița y Dubăsari. En apoyo de esta fuerza de infantería de base hay un batallón de tanques, un regimiento de artillería, un destacamento de aviación, una fuerza especial y un batallón de seguridad, y una compañía de inteligencia. Se cree que la fuerza ha permanecido durante su historia entre 4.500 y 7.500 militares en activo, con capacidad para llamar a filas a 20.000 reservistas en caso de crisis.
La PMR también mantiene una pequeña fuerza aérea, aunque sólo está equipada con aviones muy ligeros, como el An-2, y una cantidad muy reducida de helicópteros Mi-8 o Mi-17.

El equipamiento que el Ejército de la PMR heredó del 14º Ejército de Guardias es bastante variado. Las joyas de la corona del arsenal de la PMR son una flota de 18 T-64BV que constituyen el batallón de tanques del Ejército de la PMR. Este tipo era el más común en el 14º Ejército de Guardias, y a pesar de estar generalmente obsoleto en comparación con los tanques rusos o de Europa Occidental más modernos, es realmente muy capaz en comparación con el oponente teórico más probable de Transnistria, Moldavia, que no mantiene una unidad de tanques. Los vehículos blindados moldavos más comunes son el BTR-60PB, el BMD-1, el MT-LB y, en menor cantidad, los BMP-2, que serían blancos bastante fáciles para un T-64, aunque si están equipados con el misil Konkurs, los BMP-2 pueden suponer una amenaza significativa.

Además de los T-64, el Ejército de Transnistria también ha heredado una flota de unos 10 BMP-1 y 5 BMP-2, que forman el componente de vehículos de combate de infantería del Ejército de Transnistria. También dispone de un mayor número de vehículos de infantería más sencillos. Se cree que Transnistria tiene más de 20 MT-LB y 50 BTR-60 a BTR-80 en servicio en sus fuerzas terrestres.

Sin embargo, quizá el aspecto más poco común del Ejército de Transnistria sea la importante cantidad de vehículos especializados que heredó, vinculada a la posición del 14º Ejército de Guardias en el Dniéster y a sus considerables tareas de ingeniería. Esto ha hecho que Transnistria herede una gran cantidad de vehículos de ingenieros GT-MU e IRM «Zhuk», vehículos de desminado UR-77 y dragaminas sobre orugas GMZ-3, que Transnistria ha tenido que poner en servicio en su ejército debido a la necesidad de contar con equipos de campaña contra una Moldavia más numerosa, a pesar de la aparente falta de capacidades de combate de este tipo de vehículos.

El Ejército de Transnistria también mantiene un arsenal de artillería, pero parece que sólo dispone de cantidades moderadas de artillería tubular. En su lugar, los principales medios de supresión y apoyo de fuego parecen ser la artillería de cohetes, con hasta unos 20 sistemas de artillería BM-21 Grad que se cree que están en servicio, complementados cada vez más por lanzacohetes de fabricación local de producción local.
Transnistria también mantiene una pequeña flota de camiones de la posguerra inmediata fabricados para parecerse a los camiones soviéticos de la Segunda Guerra Mundial, así como al menos un T-34-85 funcional, que se utilizan para conmemoraciones. Otro T-34-85 figura como monumento en Tiraspol.

Actualizaciones y remodelaciones recientes
La última década ha sido testigo del curioso pero significativo crecimiento de una industria armamentística autóctona de Transnistria, o más bien de una industria de reacondicionamiento en gran parte. Esta industria, creada probablemente a partir de instalaciones y equipos del antiguo 14º Ejército de Guardias, se ha centrado en la conversión de partes de las flotas GT-MU y GMZ-3 del ejército de Transnistria en vehículos de combate que Transnistria puede utilizar para reforzar sus filas.


Para el GT-MU, esto se ha traducido en el montaje de un fusil sin retroceso SPG-9 de 73 mm en la parte superior del vehículo. Esto lo convierte en un vehículo de apoyo de fuego capaz de proporcionar capacidades antiblindaje contra vehículos blindados de transporte de tropas y vehículos de combate de infantería moldavos. Aporta potencia de fuego móvil adicional a un Ejército de Transnistria que, en general, carecía de ella, aparte de los pocos T-64 y BMP en servicio. Un pequeño número de GMZ-3 han sido sometidos a la conversión «BTRG-127», que ha visto su casco reutilizado con un compartimento para infantería y una puerta trasera para servir como un primitivo pero funcional vehículo blindado de transporte de tropas.


Transnistria también ha fabricado sus propios sistemas de lanzacohetes múltiples en forma de Pribor-1 y Pribor-2, el primero un sistema de 20 tubos basado en el mismo chasis Zil-131 que el Grad, y el segundo un sistema mucho mayor de 48 tubos montado en camiones Kamaz más grandes. Teniendo en cuenta ambos tipos, se cree que hay al menos unos quince en servicio, lo que supone un aumento nada desdeñable de la potencia de fuego disponible de las PMR. Por último, los pequeños drones aéreos de fabricación local también parecen haber hecho su aparición en las filas de la PMR.
¿Alguna posibilidad de desarrollo futuro?
El desarrollo local de vehículos dentro de la PMR parece haber experimentado un cierto auge durante la década de 2010, ya que todos los vehículos conocidos fuera de los vehículos improvisados de la Guerra de Transnistria datan de esta época. Como tal, uno puede imaginar que esta acumulación de vehículos convertidos localmente en Transnistria puede continuar.
Sin embargo, esto sigue siendo cuestionable. Transdniéster sólo dispone de la limitada flota de vehículos del 14º Ejército de Guardias que ha heredado para experimentar y modificar, ya que no hay pruebas que demuestren que Transdniéster haya adquirido otros vehículos militares a nadie. Incluso Rusia, aunque cercana a la PMR, no la ha reconocido y no parece suministrarle vehículos blindados. Por ello, aunque son posibles algunas otras conversiones limitadas, la escala y el potencial futuro de este tipo de vehículos siguen siendo pequeños.
Las conversiones más parecidas al Pribor-2, utilizando un chasis de camión civil, son una probabilidad algo más probable a medio plazo, pero incluso si Transnistria es capaz de conseguir suficientes chasis, las meras condiciones generales de la República pueden ser las mayores amenazas a largo plazo para la creación de vehículos transnistrios. Con una población que disminuye rápidamente y una economía en dificultades, Transnistria puede ser simplemente incapaz de ampliar su ejército o su flota de vehículos. La propia PMR es inflexible en su deseo de integrarse en Rusia. La diplomacia internacional y la voluntad de Rusia de evitar una provocación tan considerable para Moldavia y la UE han impedido tal evolución. Sin embargo, el hecho es que Transnistria ni siquiera es un Estado que desee seguir siendo independiente, y si alguna vez se diera la situación de que esa posibilidad de anexión a Rusia pudiera hacerse realidad, la PMR y sus fuerzas armadas podrían muy bien desaparecer.
Fuentes
https://www.nytimes.com/1992/06/21/world/moldovan-forces-seize-a-key-town.html
https://www.euronews.com/2021/07/23/moldova-s-new-government-has-an-old-problem-transnistria-can-it-solve-it
http://news.bbc.co.uk/2/hi/europe/country_profiles/3641826.stm
https://www.spiegel.de/international/europe/transnistria-soviet-leftover-or-russian-foothold-in-europe-a-965801.html
Blog de Oryx:
https://www.oryxspioenkop.com/2017/02/a-forgotten-army-transnistrias-btrg-127.html
https://www.oryxspioenkop.com/2018/09/a-forgotten-army-transnistria-unveils.html
https://www.oryxspioenkop.com/2019/08/a-forgotten-army-transnistrias-little.html
https://www.oryxspioenkop.com/2020/09/transnistria-shows-off-military.html
https://youtu.be/39VNvaboLu4
https://www.globalsecurity.org/military/world/russia/ogrv-moldova.htm
https://web.archive.org/web/20071015212818/http://politicom.moldova.org/stiri/eng/20998/
https://www.researchgate.net/figure/Transnistria-population-structure-Source-Census-of-Population-